El Spritz: un coctel con sabor a Italia que ya invade Lima



Siempre hay que tener un bar donde encontremos cocteles clásicos en el directorio personal. Un bar con una surtida colección de licores, vinos, cavas y espumantes para combinar y un buen barman que esté dispuesto a agitar la coctelera. No necesariamente a impresionar con fusiones pisqueras de frutas selváticas que dejaremos para otro momento, sino a hacernos sentir en casa con un buen trago de preparación directa –como en los viejos tiempos– o a trasladarnos a otras épocas con solo un sorbo.
Desde hace un tiempo, en muchas de nuestras barras, se prepara un trago que había quedado en el olvido: el spritz, que aunque suene a alemán, viene de las barras de Venecia, Padua y Vincenza. De gusto un tanto amargo y de color naranja, este coctel es refrescante, ligero y burbujeante. No existe una composición única para el spritz, así que especifique cómo lo quiere.
Como todos los tragos que no pasan de moda, el spritz tiene historia y esta comienza en los tiempos de la dominación austro-húngara en el Véneto, cuando los soldados austríacos le agregaban agua con gas al vino. Los italianos hicieron una versión más “dolce vita” de la combinación, añadiéndole aperol, un licor de hierbas. El clásico spritz contiene aperol, prosecco, soda, hielo y una rodaja de naranja para adornar. Mientras que los que lo prefieren más poderoso, cambian el prosecco por gin. Una versión que sin duda, agradecerá.